S. Mateo 8:3
“Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.”
La historia establece claramente cómo Jesús hizo tantos milagros que fueron documentados. La lepra era una sentencia de muerte lenta y solitaria. Las personas fueron condenadas a una vida de separación de la familia y la sociedad. Jesús tenía la capacidad de sanar y hacer nuevos.
Si pudiera y lo haría entonces, por qué no lo haría hoy?
Sumérgete profundamente en Jesús, busca las Escrituras y lucha por tu milagro.