Palabra Del Día

Eclesiastés 11: 7

“La luz es dulce y agradable, y es bueno para los ojos ver el sol.”

Cada mañana, cuando uno se despierta y puede experimentar la vida, ver la luz del día es un regalo precioso de Dios. Es un sermón ilustrado de lo que puede hacer el poder de la resurrección. Pasas de un estado vulnerable de sueño a abrir los ojos y tomar conciencia de tu entorno.

Cada día que se nos da es para que tomemos ese día y hagamos algo positivo que haga feliz a su creador. Hacerle saber que no lo estás ignorando y que aprecias todo lo que hace, reconociendo que te ha dado otra oportunidad en la vida para mejorar las cosas. Es en ese ámbito donde comenzarás a aprender sobre este amable Salvador y Su gracia que te fue dada.

El regalo de la vida es maravilloso y, además, puedes ver que el Hijo de Dios no tiene precio.

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