Salmos 47:1
“Oh, aplaudan, todos ustedes; Grita a Dios con la voz del triunfo y las canciones de alegría.”
Aplaudirle al rey significaba que estaba haciendo un gran trabajo. La tierra estaba cosechando su cosecha, la prosperidad prevalecía y la gente estaba feliz.
Hoy debemos hacer de Cristo, en nuestros corazones, nuestro rey. Al hacerlo, nosotros, la gente, tenemos el derecho de llamarlo cuando se necesita prosperidad, aparecen problemas de salud o recibimos un no en lugar de un sí. Cuando los hombres están llenos de racismo, odio y asesinato, podemos pedirle a nuestro Rey que controle esos corazones.
Grita a Dios, habla, canta, haz lo que creas que necesitas hacer para llamar la atención de Cristo. Usted sentado solo humildemente, con Jesús, será el comienzo de la grandeza. Mientras Jesús nos está cambiando, nuestro cambio y el compartir el camino de Jesús cambiará este mundo. No es que tal vez será, eso está garantizado.