Salmos 91:9
“Porque has hecho del SEÑOR, [quien es] mi refugio, incluso el Altísimo, tu lugar de residencia.”
La pregunta es: hemos hecho del Señor nuestra morada? De Verdad? Entonces, cómo le hemos hecho nuestra morada? Nos hemos tomado un momento solitario y le hemos pedido al Señor que haga su casa en nosotros? Si no, está bien, no es demasiado tarde.
Donde Dios vive, ninguna plaga puede acercarse y donde Él está, Él defiende.