Ezequiel 37:25

“Habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David será príncipe de ellos para siempre.”

Estamos destinados al cielo, este es nuestro destino final. Aquí es donde está nuestra parada. Un lugar donde Dios prometió, a través de su palabra profética, que nos llevaría. Un lugar de unidad, paz y alegría, donde uno está completo en Él y no falta nada. Donde todas las naciones de personas estarían unidas.

Es como Él dice y mucho más. Esperamos pacientemente ese día. Nuestra esperanza no se desanima porque todas las otras palabras proféticas han sido transmitidas por Su Gracia. Lo que ha comenzado en tu corazón lo completará con alegría.