Salmos 128:2
“Cuando comieres el trabajo de tus manos, Bienaventurado serás, y te irá bien.”
Terminamos la campaña de Evangelismo llamada Rocamillon en la cual, con gran esfuerzo sembramos muchas semillas en la predicación del evangelio y hoy el Señor nos dice que ahora que ya sembramos, podemos cosechar y enseñarle que tenemos mucho fruto, sólo tenemos que ir afuera y tomarlo.
La promesa de Dios es si y amén porque Él es bueno, bello y fiel.
Las promesas de Dios son diferentes a las del hombre; el humano se olvida, cambia de parecer, rompe contratos, miente, pero Dios no, Él es fiel siempre, te ayuda, te levanta.
Nosotros también tenemos que ser fieles y creer que Él es Dios.
Amén.