Gálatas 3:7
“Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.”
Abraham se salvó por la fe y por creerle a Dios; el Señor lo bendijo e hizo pacto con él.
Esto dice que nosotros somos hijos de Dios y que también somos descendencia de Abraham, Esto es verdad porque también tenemos la herencia de Abraham.
Todas las promesas, bendiciones y sueños que él tenía y más, nos pertenecen a nosotros y podemos poseerlos.
Es como un padre que tiene una casa y le hereda a sus hijos. Lo mismo es cuando Dios da una promesa, es más real que las cosas naturales del mundo.
Dios dice que las bendiciones y promesas pertenecen a sus hijos, nos pertenecen a nosotros.
La bendición que Dios nos da son grandes y fuertes, financieramente, con mucho fruto.
Como cristianos, la prosperidad nos pertenecen.
Hoy vamos pensar en esto, dando gracias porque estamos salvos y que Dios es ese regalo de salvación, porque somos descendencia de Abraham y tenemos su herencia.
Amén.