"ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.”
Lucas 18: 12-13 RVR1960

Fuimos salvados por la gracia y la misericordia, no por lo que hicimos. Por alguna razón, los seres humanos tienden a olvidar y a veces, caen en el síndrome de "lo haré, lo quiero, lo haré". Jesús simplemente quiere que siempre recordemos que fuimos salvos cuando no sabíamos que necesitábamos ser salvos. Sin embargo, Él vive intercediendo por nosotros, derramando Su bondad sobre nosotros. Dios busca a aquellos que entienden el sacrificio que Jesús hizo en la cruz. Es por la cruz que vivimos y "vivimos más abundantemente". Recuerde que todo depende de la voluntad de Jesús, lo que Jesús quiere, lo que Jesús hará.

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