Palabra Del Día

Lucas 8:44

«Subió detrás de Él y tocó el borde de su túnica exterior, e inmediatamente se detuvo su sangrado».

Esta mujer sólo tocó la orillita del manto de Jesús y lo más increíble es que ella no le tocó el pie, la pierna, ni le brincó encima, ni le gritó para asegurarse que la escucharía, ella se arrastró por el piso porque solamente quería tocarle un poquito.

Al igual que la historia de la mujer de las migajas  que se cayeron al piso y le dijo a Jesús: “que si los perros podían comer de esas migajas y que era más que suficiente para ella y se humilló tanto que no importaba lo que la gente iba a decir sino lo que Dios dice, porque sabemos quien es Él, y el poder que Él tiene, solamente tenemos que tocar ese poder y eso es más que suficiente.”

Esta es una fe fuera de este mundo, por eso la biblia dice que estamos en este mundo pero no somos de este mundo.

Un poquito de Jesús es lo que nosotros necesitamos y Él cambia todo.

Hay un poder tan grande y sobrenatural en la sangre de Cristo, en su presencia, como no vamos a creer en su poder.

Esto es sobrenatural porque ese mismo poder puso el sol que está en el cielo y nos acostumbramos a decir y ver una bola de fuego que está en el cielo que no nos quema y no pensamos que el sol está en la posición perfecta, que nos puede dar calor y no friza al mundo, el sol nos da el día y la noche.

Este mismo poder fue el que tocó esta mujer por eso es que estamos hablando de ella en este tiempo, ella tomó la decisión y pudo creer.

Hoy vamos a tomar la decisión de creer y no dejar que el mundo ni uno mismo nos robe la bendición que Dios tiene para para nosotros.

Hoy tomamos la decisión de que si vamos a creer en el nombre de Jesús, en su sangre y que Cristo si vive, sana arregla y que hay poder en el nombre de Jesús.

Amén. 

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