Salmos 91:1
“El que habita en el refugio del Altísimo permanecerá seguro y descansará a la sombra del Todopoderoso [cuyo poder ningún enemigo puede resistir].”
Escoge hoy invitar al Todopoderoso a tu hogar. En tu casa, donde resides, todos estarán protegidos de cualquier forma de ataque del enemigo.
El primer lugar donde Dios hace residencia es en tu corazón.
Comencemos invitándolo allí. Un simple "sí, por favor ven a mi vida y permíteme conocerte", es un gran comienzo. Dios defiende tu hogar.