S. Juan 1:6

“Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.”

Que lindo es escuchar el nombre de Juan en este verso, pero podemos poner nuestros nombres, porque estamos enviados para decirle a todo el mundo que Cristo si vive.

Aunque hayas recibido recientemente al Señor y sin saber nada de nada, tú puedes decir a otro: Cristo te ama, Él me ama a mi y Yo sé que te ama a ti también, esta persona que acaba de recibir al Jesucristo como Señor y Salvador puede ser usada y enviada por Dios y poner su nombre ahí donde dice Juan.

Cuando hablamos de las grandezas y bellezas de Dios es porque somos enviados de Dios, eso dice que:

_ Somos ungidos

_ Podemos hacer Milagros y Maravillas

_ Podemos entender que nuestra vida cambia

_ Podemos hablar con Dios

_ Podemos hacer cosas diferentes

La vida cambia, la vida vieja ya no existe ahora somos totalmente nacidos de nuevo.

Hay muchas cosas bellas para meditar en este Verso sabiendo que nuestro trabajo es que nos dejemos guiar por Dios.

No dejes que ninguna distracción del mundo te aleje de Dios, te aleje del gozo de Dios, no dejes que el diablo te robe nada repréndelo en el nombre del Señor y sigue adelante sabiendo que Dios está contigo y que tienes todo con Él.

Amén.